Tengo 28 años y confieso que nunca me había preocupado mucho de maquillajes ni cremas. Nunca tuve problemas dermatológicos que merecieran atención especial y me consideraba muy floja como para levantarme más temprano para maquillarme. Sin embargo, creo que cuando cumplí los 28 me comencé a sentir distinta, como si por fin me hubiese caído la teja de que llevo casi 30 años caminando sobre la tierra y que quiero sentirme adulta. Qué dramático sonó eso.
Me refiero a sentirme adulta porque aproximadamente desde que cumplí los 28, en febrero, he estado rodeada de una perspectiva mucho más estable de las cosas, en todo ámbito. Para que me conozcan más y me entiendan, les cuento por ejemplo que, profesionalmente, es la primera vez que me encuentro trabajando en una oficina de 9 a 6 y no corriendo como antes (bueno, sigo haciendo un par de clases en una universidad, pero no se compara con correr entre instituciones todos los días). Académicamente, ya tengo un Master of Arts, que en Chile equivale a un magíster, y tengo en mente seguir por el doctorado. Estudiando el MA pude además cumplir varios sueños, principalmente los relacionados con viajar y patiperrear hasta el cansancio por Europa, conocer gente de todo el mundo y tener la experiencia de vivir en otro país. Y hace un par de años con mi novio decidimos comprometernos, pero este año le pusimos fecha al asunto y ya estamos en la cuenta regresiva.
Todo lo anterior me lleva a conformar una atmósfera de lo que es la adultez, o de lo que yo entiendo por adultez. Y me gusta mucho. Me siento grande, siento que mis decisiones inciden mucho más sobre lo que hago y a veces incluso, siento que no tengo límites para lo que puedo lograr si me lo propongo.
Pero a mi parecer, esta atmósfera de la adultez lleva consigo una imagen distinta. No siento que pasando la barrera de los veintitantos tenga que verme vieja o con una apariencia más seria, sino que sólo sacar partido a lo que mi rostro proyecta o a lo que quiero que proyecte. Quiero que mis ojos proyecten luz, alegría, vitalidad, esperanza y experiencias. Quiero que mi piel proyecte que he conocido el sol y la sombra. Quiero mostrar que las líneas que recorren mi rostro han visto dolor, han dejado pasar lágrimas, pero se han hecho más profundas a fuerza de mil carcajadas. Ya no quiero negar mis ojos grandes porque son muy grandes, mi pelo liso porque es muy liso o mis cejas gruesas porque son muy gruesas.
Y pensando todas esas cosas es que comencé a explorar el mundo del cuidado del rostro y del maquillaje. Me puse a ver vlogs de maquillaje en Youtube, a leer blogs y a informarme más sobre el cuidado del rostro. No aspiro llegar a ser una beauty blogger, simplemente quiero compartir con ustedes lo que vaya descubriendo en el camino.
¿Cómo ha sido para ustedes la relación que han establecido con sus rostros? ¿También comenzaron tarde con esto del maquillaje o sólo yo me quedé más atrás?
¡Un beso!
Hola, te cuento que yo si comencé tarde en lo del maquillaje, pasados los 23 yo creo... y después ya cree el blog que tiene como 3 años porque me puse a investigar sobre distintos productos y vi que muchas niñas daban su opinión y yo también quise compartir mis opiniones.
ResponderBorrarRespecto a los estudios yo estoy indecisa sobre si continuar un doctorado o no, ya que solamente me titulé en abril del año pasado, pero creo que este año postularé a las becas y veré como me va ya que me encantaría dedicarme a la investigación (soy titulada de ingeniería civil informática), es difícil la decisión de volver a estudiar!
Saludos! Lindo blog :)