18 de julio de 2014

Yo ♥ mi rostro

Tengo 28 años y confieso que nunca me había preocupado mucho de maquillajes ni cremas. Nunca tuve problemas dermatológicos que merecieran atención especial y me consideraba muy floja como para levantarme más temprano para maquillarme.  Sin embargo, creo que cuando cumplí los 28 me comencé a sentir distinta, como si por fin me hubiese caído la teja de que llevo casi 30 años caminando sobre la tierra y que quiero sentirme adulta. Qué dramático sonó eso.

Me refiero a sentirme adulta porque aproximadamente desde que cumplí los 28, en febrero, he estado rodeada de una perspectiva mucho más estable de las cosas, en todo ámbito.  Para que me conozcan más y me entiendan, les cuento por ejemplo que, profesionalmente, es la primera vez que me encuentro trabajando en una oficina de 9 a 6 y no corriendo como antes (bueno, sigo haciendo un par de clases en una universidad, pero no se compara con correr entre instituciones todos los días).  Académicamente, ya tengo un Master of Arts, que en Chile equivale a un magíster, y tengo en mente seguir por el doctorado.  Estudiando el MA pude además cumplir varios sueños, principalmente los relacionados con viajar y patiperrear hasta el cansancio por Europa, conocer gente de todo el mundo y tener la experiencia de vivir en otro país.  Y hace un par de años con mi novio decidimos comprometernos, pero este año le pusimos fecha al asunto y ya estamos en la cuenta regresiva.

16 de julio de 2014

Películas que yo no quisiera que usted viera

Hace un par de semanas, considerando el cierre del semestre, rogué a los cielos poder tener unos poquitos días para descansar.  Al parecer lo que ocurrió fue que los cielos me escucharon, pero como no especifiqué las condiciones bajo las que habría querido descansar, los mismos cielos me enviaron una odiosa gripe.
Llevo casi cuatro días así, tres de los cuatro con licencia.  Claro, no fui a trabajar, pero en consecuencia me encontré con tercianas, sudando, botando todos los mocos que no he botado en un año, tosiendo el alma y sintiendo como si me hubiesen pateado la espalda sin compasión.
Díganme alharaca, pero no es mucho lo que se puede disfrutar cuando duele todo.
Entre ayer y hoy, aprovechando que el dolor de cabeza y de ojos (sí, de ojos) se disiparon, he aprovechado de ver algunas películas.  Netflix ha funcionado como las pelotas, pero estoy demasiado enojona como para esperar que cargue otra cosa, así que vi las siguientes joyas cinematográficas:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...